Oatman, ruta 66
Arizona
Oatman es un pequeño pueblo minero venido a menos después de la fiebre del oro y que en la actualidad tan solo cuenta con 135 habitantes.
Debido a su baja población es conocido como “pueblo fantasma”.
Está situado al sur de Las Vegas y a unas 30 millas (43 kilómetros) al oeste de Kingman.
El pueblo se encuentra en una zona desértica, entre las Montañas Negras, a 830 m de altura. Se llega hasta él por una serpenteante carretera, con unas vistas estupendas y por la que hay que conducir con precaución.
Desde Kingman tardamos aproximadamente unos 50 minutos en llegar.
Sus orígenes parten de un pequeño campamento minero que se instaló en el pueblo.
Tras el descubrimiento en 1915 de un yacimiento muy rico de oro su población aumentó considerablemente, llegando a tener más de 3.500 habitantes.
En aquellos años en Oatman se vivió una auténtica fiebre del oro y estas minas llegaron a estar entre las mayores productoras de oro del Oeste de Estados Unidos.
La decadencia llegó tras la Segunda Guerra Mundial. Cesó la actividad minera y más tarde la mítica Ruta 66, dejó de ser la principal carretera para llegar hasta Los Angeles, por lo que el lugar quedó totalmente despoblado y se convirtió en el pueblo fantasma que es hoy en día.
Es una visita bastante corta, ya que el pueblo solo cuenta con una pequeña calle con edificios a ambos lados.
Nada más llegar, nos fotografiamos junto al hotel Oatman, el edificio más emblemático del pueblo. Fue construido en el año 1902 y es el único edificio de dos pisos del condado de Mohave construido de barro.
Como curiosidad decir que este hotel es muy célebre por ser el alojamiento elegido de Clark Gable y Carole Lombard para pasar su luna de miel tras su boda celebrada en Kingman.
Con tan solo una primera visión general del lugar, nos parece un auténtico escenario del lejano oeste.
Tras hacer un poco el tonto y tocar y subirnos en todo lo posible, nos dirigimos a la mina y entramos en ella.
Recorrimos un pequeño pasillo y comimos bastante polvo,( que estuvimos masticando prácticamente todo el día) y llegamos hasta el preciado oro!!!
Por un momento pensamos que el viaje que casi estaba llegando a su fin iba a poder ser prorrogado sin fin… 🙂
En Oatman, como ya hemos explicado antes, no hay casi habitantes. Pero lo que si hay son burros!!
Estos simpáticos burritos son salvajes y pasean libremente por las calles del pueblo.
Derivan de antiguos burros que fueron soltados por los habitantes del pueblo tras su marcha y son tan queridos que están protegidos por el Departamento de Interior de Estados Unidos.
Actualmente son una de las principales atracciones del lugar y aunque están acostumbrados a la gente, no hay que olvidar que son salvajes y se deben mantener algunas precauciones para no pasar un mal rato.
Se las saben todas… y por comida hacen lo que haga falta. A nosotros nos intentaron comer la cámara y hasta subir en el coche!!
Después de jugar un buen rato con los burros, la verdad es que tienen una paciencia… seguimos recorriendo la única calle del pueblo viendo los edificios. La mayoría de ellos son hoteles, restaurantes y tiendas de recuerdos con abundantes objetos de la Ruta 66.
Algo curioso, pero que a nosotros no nos coincidió, es que los fines de semana se puede ver una representación de duelos, llevados a cabo por vaqueros armados.
Y así, encantados de poder haber compartido un rato con los simpáticos burritos y conocer este viejo pueblo del oeste, ponemos rumbo al siguiente destino de la Ruta 66. Es casi la hora de comer y tenemos hambre, así que el Peggy Sue´s 50´s Diner es el lugar perfecto para solucionarlo.
¡Allá vamos!
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Estados Unidos, viaja seguro!!
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en Oatman, ruta 66“
