A un día que acabe el año y bajo un sol resplandeciente, nos disponemos a visitar una de las principales atracciones de Venecia, su impresionante Basílica de San Marcos.
Está ubicada en la famosa plaza del mismo nombre, la Plaza de San Marcos y demás de poseer el título de basílica, es también la principal catedral de la ciudad.
Esta considerado como uno de los templos más bonitos de Europa, visitado por millones de turistas todos los años.
La fachada es imponente!! llena de mosaicos dorados y columnas, distintivo del poderío de Venecia.
Es una mezcla arquitectónica de estilos góticos, romanos y bizantinos.
La edificación de la gran basílica se inició en el año 828 para acoger el cuerpo de San Marcos, transportado desde Alejandría.
Con el paso del tiempo, la basílica sufrió diversos cambios estructurales y de diseño. El edificio que podemos ver hoy en día es del siglo XI.
Es un lugar con mucha importancia histórica para la ciudad, ya que en la basílica era donde los duques de Venecia eran coronados.
Como para todo en Venecia, hay que hacer cola… más de media hora de espera, hasta conseguir entrar en la Basílica.
Muy importante!!! No se puede entrar con mochilas!!! ni aunque sean pequeñas!!! Unos chicos que estaban delante nuestro en la cola, les mandaron para atrás porque llevaban una pequeña mochila. Y después de esperar tanto rato… Son implacables!!
Hay una consigna gratuita, donde te la guardan durante 1 hora. Está situada en la calle San Basso, en la zona lateral izquierda de la basílica.
La entrada general a la Basílica de San Marcos es gratuita, aunque para ver ciertas partes, hay que pagar diferentes entradas.
Zonas de pago:
Museo de San Marcos: 4€. Exposición de diversas clases de objetos. Lo más destacable, es la estatua original de los Caballos de San Marcos y el acceso al balcón de la basílica.
Tesoro: 3€. Tesoro bizantino compuesto por centenares de objetos de cristal, plata y oro, obtenidos del asalto a Constantinopla.
Pala de Oro: 2€. Representación de orfebrería bizantina del siglo X adornada con piedras preciosas y oro.
En el interior del templo no está permitido hacer fotos ni vídeos, pero tenemos que decir que allí los móviles y las cámaras echaban humo!! así que a nosotros también se nos escapó, sin querer… algún click!! 😉
De las zonas de pago, solamente entramos al Museo de San Marcos, que a nuestra opinión es la zona más importante. Se accede por unas altas y empinadas escaleras, situadas en la entrada de la basílica, a la derecha.
En el museo pudimos ver las esculturas originales de los Caballos de San Marcos, realizados en cobre dorado. Estos caballos fueron trasladados desde el Hipódromo de Constantinopla, tras el saqueo y conquista de la ciudad.
Además de los caballos hay multitud de obras de arte. Es una exposición muy extensa con telas antiguas, libros, tronos, pinturas… todo propiedad de la iglesia.
También tenemos la posibilidad de observar los mosaicos y los frescos del techo de cerca, ya que el museo está en el piso superior.
Y lo mejor del museo o por lo menos lo que más nos gustó, fue salir al balcón de la Basílica y ver la plaza con todos los monumentos que la rodean, desde otra perspectiva.
Los caballos que se encuentran en la fachada de la basílica son un réplica. Los auténticos son los que vimos anteriormente en el museo.
La plaza, además de turistas y cámaras de fotos, está atestada de palomas. Nos llamó la atención el sistema utilizado en la fachada de la basílica para evitarlas.
Nos parece, que están muy bien invertidos los 4€ de la entrada. Los lugares a los que te da acceso, son imprescindibles durante la visita al templo.
Solamente ver caer el sol sobre la plaza de San Marcos, ya los valen!!
Raudos y veloces, para que nos de tiempo, salimos de la gran basílica y nos disponemos a contemplar la puesta de sol sobre la laguna Veneciana.
IM-PRE-SI-O-NAN-TE!!!
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Venecia, ¡¡viaja seguro!!
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en Venecia“
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