Hoy madrugamos mucho para empezar la ruta por el Valle del Loira, ya que visitaremos el Castillo de Chambord, el más famoso, grande, espectacular y visitado de todos los castillos que hay en la zona.
La llegada ya fue muy épica. Por la mañana temprano, en el mes de diciembre, con frío, niebla baja y la luz del amanecer, creaba un ambiente muy especial.
El castillo originalmente fue el lugar de caza del rey Francisco I, porque está situado en medio de un parque forestal enorme, tan, tan grande que se considera la Reserva Natural cerrada más grande de Europa ocupando un total de 5.500 hectáreas.

Llegamos poco antes de las 9 de la mañana, para ser de los primeros en entrar al castillo.
Aparcamos el coche en el parking P0 a 600 metros del castillo por 6€, tarifa diaria, no hay opción de pagar por horas.
El parking P2, ubicado algo más lejos, se comparte con autocaravanas y cuesta 4€ al día.
Hay que coger un ticket para acceder al parking, pagar en las máquinas expendedoras y volverlo a meter en la máquina a la salida, para que se abra la barrera.
Este fue el único parking que pagamos en todo el viaje.

Decidimos verlo primero por dentro, ya que a esa hora hacía mucho frío y hasta el césped de los jardines estaba aún con escarcha.
A medida que nos vamos acercando impone más. Es un castillo realmente monumental, tan imponente que hasta los reyes de Francia lo utilizaron para impresionar a sus rivales… y lo consiguieron!!


Los horarios en invierno son muy limitados, abren a las 09:00 h y cierran a las 17:00h. Y atención!! la última entrada es media hora antes del cierre, así que no os descuidéis con los horarios.
En verano los horarios son algo más amplios, pero tampoco demasiado, cierran a las 18: 00 horas.
Los horarios cambian dependiendo de la época del año, así que para estar seguros del horario de apertura durante vuestro viaje, recomendamos visitar la página web Castillo de Chambord y confirmarlo antes de ir.
Pagamos 14.50€ por persona con folleto informativo para ver el castillo y los jardines (menores de 18 años gratis). Hay también la opción de realizar la visita con una tablet (guía interactiva), por 6€ más por persona.
Si viajáis en temporada alta es recomendable comprar las entradas por internet, para evitar hacer largas colas. No hay que olvidar, que es uno de los lugares más turísticos de todo Francia. Las podéis comprar a través del siguiente enlace: Entradas Online Castillo Chambord

Tras pasar un pequeño control antiterrorista, donde nos hacen abrir la mochila y nos preguntaron si llevábamos drone, nos disponemos a recorrer el castillo.
Accedemos por la puerta principal y salimos al patio, si por fuera es precioso, viendo los detalles de la fachada de cerca, mucho más.
El Castillo de Chambord del valle del Loira es una de las construcciones más impresionantes del Renacimiento y sin duda alguna, te deja con la boca abierta.



Nada más entrar por la puerta, justo en frente, nos encontramos con el lugar más famoso de todo el castillo, la gran escalera de caracol de doble hélice, supuestamente diseñada por Leonardo da Vinci, una obra maestra de la arquitectura.

Esta peculiar escalera está formada por 2 tramos iguales de escaleras que se entrelazan, uno sobre el otro y alrededor de un centro hueco.
Para que lo podáis entender un poco mejor os mostramos a continuación la foto de una maqueta, donde se ve de una forma mucho más clara.

Cuando dos personas suben a la vez, una por cada tramo de la escalera, nunca jamás van a cruzarse, es imposible. Tan solo conseguirán verse por las ventanas interiores, las que dan al hueco, pero nunca encontrarse.
Esto se hizo así, para que el rey pudiese subir y bajar por la escalera tranquilamente, sin cruzarse con nadie de la corte, ni del servicio.
Recorrer esta escalera es una experiencia en sí misma y bastante divertida. Nos colocamos uno en cada tramo y empezamos a subir a la vez. Cada cuarto de vuelta hay una ventana por donde asomábamos la cabeza y siempre estábamos uno enfrente del otro, curioso cuanto menos.
Nos gustó tanto la escalera y nos emocionamos tanto, que sin ver nada del castillo, entre risas y juegos, llegamos hasta la última planta.

En la última planta se encuentran las terrazas, punto final de la ruta por el castillo, pero en nuestro caso, ya que estábamos allí, pues decidimos que punto de inicio.
Poder ver de cerca todas esas torres es una locura. Torres, escaleras, tejados, columnas… una auténtica maravilla.
En la parte central destaca el tiburio, con una corona real y en lo alto, una flor de lis que apunta al cielo.


Y las vistas… puff que decir de las vistas… desde las terrazas se aprecia una inmejorable panorámica de los jardines y toda el área que ocupa el parque.


Hacía mucho frío, así que la visita a las terrazas fue más corta de lo que nos hubiese gustado.
Ya que hemos llegado hasta arriba, haremos la visita al interior del castillo de arriba a abajo.
En la 2 planta del Castillo de Chambord, se encuentran las Salas Abovedadas.

Se trata de 4 salas que se encuentran situadas alrededor de la gran escalera. Todas están abovedadas y talladas con los emblemas del rey Francisco I, la salamandra y la F, de la inicial de su nombre.


Descendemos por la preciosa escalera hasta la primera planta, la que antiguamente era usada como residencia Real y de la corte.
Visitamos el Aposento de Francisco I, los Aposentos de la Reina, los Aposentos de aparato y el Aposento del Gobernador.



Cuando estábamos llegando a la capilla, una música a lo lejos nos hizo apresurar el paso para ver qué estaba sucediendo.
Y, Oh! Sorpresa! Un grupo de artes escénicas medievales estaba bailando y cantando vestidos de época.
Estuvimos un buen rato contemplando el espectáculo. La acústica de la capilla era muy buena y se escuchaba de maravilla. Una sorpresa muy grata!!


Tras finalizar el concierto en la capilla seguimos el recorrido por la primera planta.
Visitamos el Apartamento de Invitados, el Teatro de Moliére y el Museo Conde de Chambord.

Y bajamos de nuevo hasta la planta 0 por la preciosa escalera de doble hélice.
En esta planta se encuentran numerosos aposentos amueblados de los siglos XVII y XVIII.
Visitamos la Sala de los Borbones, que estaba llena de juegos como el billar, el ajedrez, las damas, puzles… diríamos que es algo parecido a una “sala de ocio”.


Y llegamos hasta las cocinas del siglo XVIII, gigantes, llenas de utensilios que brillaban como si hubieran sido limpiados ayer mismo.


Seguimos la visita en Sala de los Ilustres. Paredes llenas de obras de arte y muebles antiquísimos nos hacen imaginar cómo sería la vida por aquel entonces.
No hay que olvidar que el mismísimo Leonardo Da Vinci, vivió una temporada en el castillo y trabajó aquí durante los 3 últimos años de su vida.
Yo ahí sentada, no dejaba de imaginar e imaginar… Es una de las cosas que más me gustan de los castillos. Intentar averiguar cómo era la vida en aquella época, dentro de semejantes viviendas.

Y por último llegamos a la Sala de las Cacerías, donde enormes cuadros con motivos de caza y cabezas de ciervo de color dorado, colgaban por todas las paredes de la enorme estancia.
Es que pensaban hasta en el más mínimo detalle!! Fijaros bien en el marco del cuadro.


Dejamos atrás el castillo y la increíble escalera que tanto nos ha gustado.
Pero aquí no finaliza la visita, nos quedan otras 2 salas por visitar, pero para ello hay que salir al patio y dirigirse a la cafetería.

Justo al lado de la cafetería está la Sala de las Carrozas.
Es como un garaje de coches de la época. Preciosas y brillantes carrozas lucen tras unos escaparates, como en sus mejores días.


Y por último, de la Sala de las Carrozas se accede al Depósito de Lápidas.
Aquí se guardan los trozos de edificio que se han caído o roto y están esperando restauración.
Nos pareció curioso ver trozos de las cúpulas desde tan cerca.

Ponemos fin a la visita al interior del Castillo de Chambord, pero ahora nos queda disfrutar de él por fuera.
Salimos por la puerta principal del castillo y lo rodeamos hasta llegar a un pequeño puente que cruza el río, por el que pasamos.



Las vistas son realmente de cuento. Las dimensiones del Castillo de Chambord, impresionan y mucho.
Si venís con el tiempo justo, se puede visitar solo el exterior, pagando solamente el parking. Merece mucho la pena.

Desde este lado, se obtienen las mejores vistas panorámicas del castillo, además de reflejarse en el río.
Nos sorprende mucho la gran simetría que tiene el castillo cuando se mira de lejos.
Los alrededores del castillo también son alucinantes. Está lleno de grandes extensiones de bosques llenos de árboles y praderas.
En primavera o verano tiene que ser un lugar ideal para hacer un picnic o pasear tranquilamente y disfrutar del entorno.
Con el buen tiempo también hay muchas actividades disponibles: alquiler de bicis, paseos a caballo, en coche eléctrico…

Y aquí ponemos fin a nuestra vista al precioso Castillo de Chambord en el valle del Loira.
Un lugar muy bonito e impresionante por su historia, arquitectura y paisajes.
Hemos estado casi 3 horas en total y nos ha dado tiempo suficiente a verlo tranquilamente por fuera y por dentro.

Localización: Château, 41250 Chambord
Horario de visita: En Navidad de 09.00-17.00. Para otras épocas consultar la web Castillo de Chambord
Precio: 14.50 € (castillo + jardines)
Parking: 6 € día completo
A continuación, os dejamos un vídeo, para que podáis ver el castillo de Chambord, de una forma mucho más real.
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de este destino, viaja seguro!!
A continuación te dejamos un artículo donde explicamos claramente, porqué es necesario contratar un seguro a la hora de emprender un viaje: ¿Por qué es necesario contratar un seguro de viaje?
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en el Castillo de Chambord, Valle del Loira“