Kingman, Ruta 66
Arizona
Después de visitar Hackberry General Store, el siguiente pueblo de la ruta 66 nos espera y no está demasiado lejos, a tan solo 30 minutos de trayecto (27 millas).
Kingman no tiene nada que ver con los pueblos que hemos visitado anteriormente, ya que se trata de una ciudad con cerca de 28.000 habitantes.
Un gran depósito de agua, tan típico de tierras norteamericanas, nos da la bienvenida al pueblo.

Esta noche la vamos a pasar en Kingman y hemos elegido un alojamiento para quedarnos en concordancia con el lugar tan mítico donde nos encontramos.
Se trata del Trovatore Motel, un emplazamiento con solera e historia.
Sus dueños son muy simpáticos y la decoración del motel muy original. Está muy bien ambientado, con pinturas de personajes de dibujos animados, señales de la ruta y un mega mapa de la ruta 66, que es el más grande del mundo!!
Alojarte en plena ruta es toda una experiencia, y si además es en un lugar tan pintoresco como este, pues se convierte en una estancia única.
Artículo completo: El Trovatore Motel, Kingman



Vamos a realizar las dos únicas visitas que haremos en Kingman y afortunadamente se encuentran una justo al lado de la otra.
Es hora de comer así que la primera parada será en el Mr. D’z Route 66 Diner, una típica cafetería de los años 50.
El local cuenta con parking propio así que aparcamos el coche justo en la puerta sin ningún problema.


Desde casa habíamos leído mucho sobre esta mítica cafetería y era uno de los lugares que más ganas teníamos de conocer.
Para intentar vivir la experiencia un poco más a fondo y sentirnos como hace casi 70 años, decidimos seguir vestidos como en la Hackberry General Store, en concordancia con el lugar que estábamos a puntito de visitar.
Y así que nos presentamos: ¡¡Años 50 total!!


Armándonos de valor, porque reconocemos que la vergüenza era bastante elevada, abrimos la puerta y nos plantamos dentro del famoso Mr. D’z, de esta guisa…
No estaba llenísimo de gente, pero había bastante. De repente todas las cabezas se giraron hacía nosotros. Y es que no es para menos… (Yo me quería morir… jajaja)
Cuando todos los que estaban en el local, tanto clientes como trabajadores, terminaron de mirarnos bien… de arriba a abajo, de abajo arriba y además comentar la jugada… Todo volvió a la normalidad y cada uno siguió comiendo su hamburguesa.
Ahora ya más relajados, nos fijamos bien en el interior de la cafetería, que es preciosa, completamente ambientada en los años 50 y con un combinación de colores que me encanta!! Este lugar es muy especial.



Catherine, una camarera muy simpática, nos acompañó hasta la mesa y nos entregó la carta de menús.
¡¡Qué vaya carta!! Es que no nos puede gustar más, con forma de disco de vinilo, chulísima.

Comimos unas riquísimos hamburguesas, súper sabrosas (las mejores de todo el viaje, sin duda) acompañadas de patatas fritas y un par de coca colas bien fresquitas, con su hielo picado y todo.



El servicio es bueno y rápido, cosa de agradecer cuando estás de viaje y no quieres perder demasiado tiempo comiendo. Las camareras son súper simpáticas y el precio nos sorprendió bastante, para encontrarnos en un lugar tan turístico.
Sin duda alguna merece la pena la visita al Mr. D’z, es muy auténtico.

Tras el homenaje y antes de marcharnos aprovechamos de nuevo para sacarnos unas fotos en el local, que no tiene desperdicio… una preciosa gramola, sillones de colores, cuadros, anuncios vintage…
Todo, todo, todo, es absolutamente precioso.



Hasta los clientes nos pedían fotos!! Parecíamos famosos de Hollywood…

En la puerta del Mr D´z hay una enooorme señal de la ruta 66, perfecta para fotografiar, sin tener que jugarte la vida en medio de la carretera
Cuando nos estábamos sacando las típicas fotos con las maletitas, salió Catherine, nuestra camarera, que también se quiso fotografiar con nosotros.
Nos dijo que le encantaba nuestra indumentaria y que éramos los más auténticos que habíamos pasado por allí… y eso que había visto cosas… jaja
Muchas gracias Catherine, por tu atención y simpatía, personas como tú hacen que recuerdes los lugares con mucho cariño.



Justo a un lado del restaurante se encuentra la siguiente y última visita que haremos en Kingman.
Se trata de Santa Fe, una descomunal locomotora a vapor que fue donada en 1953 a la ciudad, después de realizar nada más y nada menos que 2 millones de millas, entre las localidades de Los Ángeles y Kansas City.

¡¡Es realmente gigantesca!!
Desde lejos ya parece grande, pero cuando ya estás al lado, ohh!!! Sorprendente el tamaño que tiene.
La verdad es que es muy curiosa, nunca antes en nuestra vida, habíamos visto un tren tan enorme.





La locomotora Santa Fe está expuesta en la calle, en una especie de parque. La visita es gratuita y corta, tan solo hay que rodearla y subirse para hacer un poco el tonto.
Así, ponemos punto final a nuestra visita a Kingman.
Se necesita invertir poco tiempo para ver las dos principales atracciones de la ciudad y creemos que merecen la pena.
Además si lo hacéis coincidir con la hora de la comida, pues mucho mejor!! Las hamburguesas del Mr. D´z son, de las que hay que probar.
Enfrente de la locomotora se encuentra el Museo de la ruta 66, nosotros no entramos por falta de tiempo, pero si os interesa puede ser una visita también interesante en Kingman.
Siguiente destino: Oatman

Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Estados Unidos, viaja seguro!!
A continuación te dejamos un artículo donde explicamos claramente, porqué es necesario contratar un seguro a la hora de emprender un viaje: ¿Por qué es necesario contratar un seguro de viaje?
Nos parece que es una de las cosas más importantes a la hora de preparar un viaje. Puede sonar mítico, pero… es cierto que “Más vale prevenir que curar…”
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en Kingman, Ruta 66“