La Roque-Gageac es el segundo pueblo que visitamos durante nuestro roadtrip por la Dordogne-Perigord.
Con las expectativas no demasiado altas, tras la inolvidable visita del día anterior al Château des Milandes, nos disponemos a recorrer el pueblo.
Aparcar fue bastante fácil, llegamos sobre las 12 del mediodía y la mayoría de los turistas (franceses e ingleses) se estaban marchando ya a comer, así que encontramos muchos sitios libres. Eso sí!! Previo pago de 3€ en el parquímetro.
La Roque-Gageac está incluido entre los Pueblos más Bonitos de Francia, y nada más bajarnos del coche, ya nos pudimos dar cuenta…

La Roque-Gageac es un pueblo antiquísimo, ya que hay indicios de ocupación desde la prehistoria.
Es bastante pequeño, solamente cuenta con 2 calles. La principal discurre paralela al río y la segunda, asciende el acantilado.
Es curioso observar desde la ribera del río, cómo las casas se encuentran perfectamente alineadas bajo el acantilado.
Tras deleitarnos con tan precioso panorama, decidimos subir hasta la iglesia para apreciar mejor las vistas de todo el valle. Nos llamó mucho la atención su ubicación, ya que desde abajo, parece que está colgada sobre la pared del precipicio.

La ascensión es bastante suave, mucho más que lugares que visitaremos más tarde, como Beynac-et-Cazenac.
Hay cuestas, pero se llevan bastante bien, no son demasiado pronunciadas.
Durante toda la subida, a ambos lados del camino, vamos viendo lo que llaman un “jardín exótico“. A causa de la calidez de la zona, por su orientación sur, tiene un clima parecido al del mediterráneo y por ello crecen palmeras, bananeros, cactus, bambús…
Es bastante peculiar el contraste entre las pequeñas calles empedradas y la densa vegetación tropical.


En poco más de 5 minutos llegamos a la iglesia.
Frente a ella, hay un pequeño mirador desde donde se puede obtener una buena panorámica del río Dordoña y del valle.
Ya que estábamos allí y la iglesia estaba abierta, entramos a conocerla. Bastante sencilla y modesta, sin nada que destacar. Si no contáis con mucho tiempo la podéis obviar tranquilamente.

Volvemos sobre nuestros pasos, esta vez cuesta abajo, mucho más fácil!
A medio camino, llegamos hasta un cruce de calles, y decidimos girar a la derecha en vez de seguir bajando, para recorrer el pueblo justo por el medio del acantilado. Otra perspectiva diferente!!
La verdad es que es una delicia pasear por estos pueblos medievales y si tienes la suerte de estar casi solo, pues se disfruta muchísimo más.

Este camino transcurre paralelo al río, justo por encima de la calle principal.
Las vistas son una auténtica maravilla. A un lado tenemos el acantilado lleno de cuevas que nos transportan hasta la época de la prehistoria y al otro lado, el río y el valle más verde, que hayamos visto jamás.
Aunque hacía mucho calor, lo disfrutamos muchísimo, ese encanto que tienen los pueblos medievales, nos fascina!!
Los tejados puntiagudos, las flores, las puertas, las ventanas… todo es tan bonito, que paseamos embelesados.


Otro buen punto de vista de este pueblo, se obtendría desde el río. Y hay opción!!
Se puede navegar a bordo de las famosas gabarras. Son embarcaciones tradicionales, utilizadas en tiempos antiguos para transportar mercancías a lo largo del río Dordoña, pero actualmente ya solo se usan para el turismo.
Hay una caseta de madera junto al muelle donde se pueden comprar los tickets para las gabarras. En el exterior de la caseta hay colgada una pizarra, donde indican los horarios de partida de los barcos.

Bajamos hasta el río por un pequeño muelle y nos despedimos de este coqueto pueblo con una vista inmejorable.
El río Dordoña, una encantadora barquita con el nombre del pueblo Roque-Gageac en primer plano, y el Château de la Malartrie de fondo!!
Una estampa sin igual!!

Nos hubiera encantado poder navegar por el río. En una típica gabarra o en una de las canoas que alquilan para ello, pero por falta de tiempo lo tuvimos que desechar.
Una lástima la verdad, pero lo dejaremos para la siguiente visita, porque seguro que volveremos!!! Esta zona de Francia es preciosa!! Y hay tanto que ver, que es imposible abarcarla en tan solo unos días.
Así que… Río Dordoña… espéranos que volveremos a surcar tus aguas!!
Y hasta aquí: “Con un par de maletas en la Roque Gageac“
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