Desde que vi una foto del Erawan Museum por Instagram, lo añadí a la lista de cosas qué ver, en cuanto volviésemos a visitar la capital de Tailandia.
Y así ha sido!! Poco después de verlo, nos plantamos en Bangkok, dispuestos a encontrar y visitar el precioso Museo Erawan.
Está situado en la localidad de Samut Prakan, a las afueras de Bangkok, como a unos 25 km.
La manera más sencilla de llegar hasta él, es en el Skytrain, en la estación de Sanrom.
Desde la parada del skytrain, hasta la puerta de entrada al templo, hay unos 10 minutos caminando en línea recta.
Llegamos enseguida, no tiene pérdida. Pagamos la entrada, 400 bath por persona, algo caro a nuestro entender, en comparación con otras visitas.
Si os queréis ahorrar un dinerito, tenéis que hacer la visita a última hora de la tarde (de 17:00 a 19:00 horas), así solamente pagaréis la mitad.
Hay videoguías disponibles, pero no en español (tailandés, inglés, chino, coreano, ruso). También hay visitas guiadas.
Lo primero que nos llama la atención nada más entrar al Erawan museum es el elefante de 3 cabezas, que hay situado sobre el edificio principal del templo o pedestal.
Enorme!! Brutal!! Pesa nada más y nada menos que 250 toneladas y mide 30 metros de altura. Está recubierto con cobre y es tan grande, tan grande, que dicen que es la escultura tallada a mano más grande del mundo.
Este enorme elefante se llama Erawan, que es el nombre sagrado de un elefante blanco con 33 cabezas que servía de transporte al dios hindú Indra.
Este elefante representa la abundancia y la bondad.
La puerta de entrada al Erawan museum también es preciosa, está llena de detalles y formas, que sumadas al color rosado del edificio, la hace muy monumental y atractiva.
Este museo además de ser una atracción turística, es también un santuario y por lo tanto, es sagrado. Así que como en cualquier otro templo de Tailandia, hay que descalzarse y llevar los hombros y rodillas tapadas, por respeto.
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Y si por fuera ya nos gustaba el Erawan museun, por dentro nos terminó de conquistar, precioso!!
Está dividido en 3 pisos, de acuerdo a la representación hindú del universo (inframundo, tierra y cielo).
El primer piso representa el inframundo y en él encontramos objetos como jarrones y juegos de té, de la colección personal de Lek Viriyaphant, fundador del museo.
Este millonario señor, pretende conservar la cultura y principios tailandeses, a través de este y otros museos.
El segundo piso representa la tierra o el mundo humano. En este nivel hay piezas de arte y antigüedades tanto tailandesas como europeas.
Aunque para decir verdad, es realmente difícil fijarse en esa clase de objetos, teniendo una vidriera tan absolutamente grandiosa, sobre tu cabeza.
Tras subir por unas escaleras de caracol, situadas en una de las patas del elefante, llegamos hasta su vientre, donde se encuentra el tercer y último piso, que representa el cielo.
Aquí hay alojado un curioso templo budista, decorado con motivos cósmicos y una colección de 12 budas antiguos, pertenecientes a distintos periodos de la historia de Tailandia.
Tras descansar un rato sentados en la paz, tranquilidad y aire acondicionado… del templo (solo hay aire en el tercer piso), volvemos sobre nuestros pasos.
Bajamos las escaleras de caracol, para llegar al segundo piso y después las escaleras principales, para llegar de nuevo a la planta baja.
Bajar por estas escaleras os juro que te hace sentir muy, muy bien!!
Parece un escenario de película, totalmente!!
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Pero la visita no termina aquí.
Salimos del museo, nos calzamos y nos dedicamos a explorar todo el precioso entorno que rodea el edificio.
El jardín está sumamente limpio, cuidado y decorado, lleno de exuberante vegetación, fuentes, puentes, lagos, pequeños edificios, figuras… un auténtico museo al aire libre, con objetos antiguos referentes a la historia de Tailandia.
También hay esparcidos por todo el jardín multitud de figuras de elefantes, que curiosamente cuando pasas por debajo, braman!!
Súper curioso!!
Aunque ni el interior del museo, ni el jardín, son excesivamente grandes, son muy bonitos y fotogénicos, por lo que recomendamos reservar por lo menos 2 horas para la visita.
Dentro del recinto del museo hay una cafetería donde se puede comer y beber algo, además de una tienda de recuerdos.
En conclusión, un lugar, que aunque algo caro, comparado con otros templos de Bangkok, merece mucho la pena, porque ofrece de todo!!
Quizás no lo recomendaríamos para una primera visita a Bangkok, porque hay templos y lugares más importantes, pero para una segunda o tercera, sin duda!!
A nosotros nos ha gustado mucho, nos parece una visita muy diferente, a la de tantos y tantos budas, qué ver en la ciudad.
Y a ti, te gustado el museo-templo-jardín?
Para más información consultar su página web oficial: Erawan Museum (Sólo en tailandés, chino o inglés).
Localización
99/9 Moo 1, Sukhumvit Road, Bang, Mueang Mai, Amphoe Mueang, Samut Prakan 10270
Tel: 02-371-3135-6 Email: info@ancientsiam.com.
Horario de visita
De 9:00h a 19:00h.
Precio
– De 09:00 a 17:00 horas: Adultos 400 baht / niño 200 baht.
– De 17:00 a 19:00 horas: Adultos 200 baht / niño 100 baht.
Transporte
Skytrain estación Sanrom.
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Tailandia, ¡¡viaja seguro!!
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