Llegamos a la famosa Samarcanda, en Uzbekistán y dejamos atrás Bukhara.
Estamos algo tristes, ya que hemos llegado al último destino del viaje, pero a la vez, entusiasmados, porque a priori, la visita a Samarcanda, se presenta muy interesante.
A las 5 de la tarde, como estaba programado, llegó nuestro tren a la estación de Samarcanda.
Salimos a la calle y negociamos con un taxista para que nos llevara hasta el hotel (60.000 soms).
El hotel como ya os contamos en los Preprativos de Uzbekistán fue el Bibikhanum Hotel, ubicado justo al lado de la mezquita del mismo nombre.
La calle del hotel es peatonal, así que el taxista nos tuvo que dejar en una calle aledaña.
Llegamos al hotel, acomodamos nuestras pertenencias en la habitación y nos ponemos en marcha!! Ya estamos en Samarcanda, la ciudad de las mil y una noches y no podemos evitar ir a conocer la famosa Plaza del Registán.
ESPECTÁCULO LUZ Y SONIDO PLAZA DEL REGISTÁN DE SAMARCANDA
En tan solo 5 minutos caminando y con un frío bastante intenso, llegamos al escenario tan soñado, al fin estamos ante la imponente plaza del Registán y ya os digo, que no defrauda.
Estaba completamente iluminada y había muy poca gente. Durante un buen rato nos quedamos allí mirando, embobados, en silencio y tan solo contemplando la escena que teníamos ante nuestros ojos e intentando asimilar tanta belleza.
Algunas noches en la plaza del Registán se celebra un espectáculo de luz y sonido e increíblemente estuvimos de suerte!!
Vimos a unos chicos colocando filas de sillas en el centro de la plaza y les preguntamos si esa noche se iba a realizar el show. Nos confirmaron que sí, que a las 9 p.m.
No nos lo podíamos creer!! Nada más llegar e íbamos a conseguir ver el espectáculo, que muchos turistas no consiguen ver ni un solo día, durante toda la estancia en Samarcanda!! Los dioses viajeros, están con nosotros!!
Nos fuimos a dar una vuelta, ya que quedaba más de hora y media para que comenzase, pero enseguida, con la emoción, volvimos a la plaza para escoger el mejor lugar posible para verlo.
Y lo conseguimos!! Frente a la plaza y un poco elevado, hay una especie de plataforma, parecida a una terraza, con una panorámica perfecta. Llegamos tan pronto, que pudimos poner el trípode justo en el medio, consiguiendo la imagen perfecta.
A las 9 de la noche en punto, comenzó el show y fue una auténtica pasada!! Uno de los mejores espectáculos de luz y sonido que hemos visto nunca!! Merece muchísimo la pena, dura 20 minutos y lo mejor de todo es que es gratis.
Parece ser que el show solo se realiza cuando es pagado con antelación. En las sillas que estaban colocando los chicos, se ubicaron los pasajeros (japoneses y alemanes) de 4 autobuses que fueron llegando minutos antes de comenzar el espectáculo.
Así que no hay forma alguna de saber, si va a haber espectáculo o no, imposible!! Lo que hay que hacer es acercarse sobre las 7 de la tarde a la plaza y mirar si están colocando las sillas. No queda otra…
A continuación os dejamos un vídeo del show, aunque ya os decimos que no le hace justicia alguna. Allí fue impresionantísimo!!
Tras finalizar el show, es hora de cenar y lo hacemos en un restaurante que hay situado justo enfrente de la plaza, llamado Little Registan.
Fue el único lugar que encontramos abierto por la zona, fuimos los últimos en entrar y no eran ni las nueve y media de la noche.
El local es muy bonito, pintado y decorado con motivos de la ruta de la seda y de la plaza. Cenamos unos mantis y arroz con ternera por 40.000 soms.
Dimos un paseo hasta el hotel para bajar la cena y a descansar, que mañana nos toca conocer a la luz del día las sorpresas que guarda Samarcanda.
PLAZA DEL REGISTÁN
Este viaje no estamos madrugando nada, se nos hace tarde todas las noches y después no hay manera de levantarse, de todas formas, tenemos planeadas la visitas de forma tan lenta que nos da tiempo de sobra.
Una duchita, el desayuno y sobre las 11 de la mañana volvemos a estar en el lugar que nos dejó boquiabiertos anoche, la plaza del Registán.
Pagamos la entrada 30.000 soms por persona y por fin nos podemos colocar en el centro físico de la plaza. En este momento nos encontrarnos en el medio de lo que fue lugar obligado de paso de caravanas y animales durante tantos y tantos años.
Vamos a realizar con calma la visita a las 3 madrasas que se encuentran dentro de la plaza y la primera elegida fue la madrasa de Ulugh Beg, la que está situada en el lado izquierdo.
MADRASA ULUGH BEG
La mandó construir en el año 1420 el matemático y astrónomo Ulugh Beg, nieto del conquistador Amir Timur y fue la primera de las tres madrasas que se construyó en la plaza.
La fachada se caracteriza por los adornos en forma de estrella de diez puntas que simbolizan el cielo y la astronomía y dos altos minaretes en cada esquina.
El interior de la madrasa de Ulug beg aunque es bonito, nos defrauda un poco, ya que está lleno de tiendas y puestos de recuerdos, lo que a nuestro parecer, le quita mucho el encanto.
Aun así reconocemos que es precioso, los colores, las cúpulas, las columnas, las puertas… todo realmente bonito y cuidado.
El patio es bastante grande, aproximadamente hay celdas con cavidad para unos 100 estudiantes.
Pero más de lo mismo… en cada entrada a las celda, había una tienda de recuerdos colocada. De verdad que nos pareció excesivo y eso que no estamos en temporada alta de turismo. No nos queremos ni imaginar lo que tiene que haber aquí en agosto.
Ya salíamos (un poco decepcionados, tenemos que reconocer) cuando un chico se nos acercó preguntándonos si nos gustaría subir al segundo piso de la madrasay al minarete por 20.000 soms por persona.
Esto parece que mejora!! Al instante le dijimos que sí.
Nos abrió una “puerta de madera secreta” y tras subir unas pocas escaleras, salimos ya al pasillo de la segunda planta del edificio.
Las vistas del patio desde aquí son bastante diferentes, conseguimos verlo de otra manera y llevarnos una mejor impresión del lugar.
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Pero aún queda el plato fuerte de la madrassa de Ulugh beg, llega el momento de subir al minarete.
Dejamos la mochila abajo (bien custodiada por el chico), ya que no entra por las escaleras, y nos disponemos a subir al minarete que veis justo aquí en la foto de abajo, el que está situado en el lado derecho si miras la madrasa de frente.
Las escaleras son altas, angostas y en forma de caracol. Solo entra una persona y una vez que llegas arriba, tienes que sacar medio cuerpo fuera del tejado para poder contemplar el paisaje. Emociones fuertes!! Esto nos mola!!
MADRASA TYLIA KORI
La segunda visita del día es la madrasa Tylia Kori, la que está situada en medio de las tres.
Fue la tercera y última en ser construida para cerrar el conjunto monumental de la plaza, en el lugar donde se encontraba un antiguo caravanserai.
Las principales características de la fachada es que está construida a dos alturas y la enorme cúpula de color azul, que se encuentra en el lado izquierdo del edificio.
En el interior del patio, tuvimos la oportunidad de hacernos nuestra mítica foto de conunpardetrajes, con la vestimenta tradicional de Uzbekistán.
En una de las tiendas de recuerdos alquilaban trajes para hacerte libremente fotos por la madrasa (20.000 soms).
Perfecto!! Justo lo que andábamos buscando!!
El interior y la enorme cúpula de la madrasa Tilya Kori, es quizás lo más impresionante de todo el complejo del Registán.
Los intensos colores dorados, mezclados con el azul, crean un ambiente realmente impactante.
MADRASA SHER DOR
Y la tercera y última visita en la plaza del Registán, es la Madrasa de Sher Dor, inconfundible, es la que está situada a la derecha y tiene en la fachada dos figuras de leones.
Fue la segunda en ser construida, 200 años más tarde que la madrasa de Ulugh beg, por orden de Yalangtush Bahadur, emir de Samarcanda.
“Sher” significa león y “Dor” adorno, así que se traduciría como “adornado con leones”. Lo que podemos ver son dos tigres dorados con un sol sobre la espalda y unos ciervos blancos.
No es normal ver este tipo de decoración en lugares musulmanes, ya que se prohíben las formas reconocibles en los edificios religiosos.
Es muy colorida y los azulejos son preciosos, pero esta es la que menos nos gustó de las tres.
En el interior solo hay un patio lleno de más y más tiendas de recuerdos y artesanías. Dimos una vuelta rápida y salimos enseguida.
Aquí ponemos punto y final a la visita a la plaza del Registán.
Nuestra impresión personal es que el complejo impresiona mucho más en conjunto, que individualmente cada edificio.
Aunque las madrasas son bonitas, volvemos a decir que la visita no es tan tranquila y relajada como debería ser, con tanta tienda y venta de todo tipo de artículos.
Nos ha dado ya la hora de comer, así que de camino a la siguiente visita, paramos en una especie de cafetería, con aire y comida muy occidental.
Un kebab, unos sándwiches con patatas, una hamburguesa negra y dos coca colas por 80.000 soms.
GUR E AMIR
Con energías renovadas tras llenar el estómago, en unos 10 minutos caminando estamos ante el Mausoleo Gur-e-Amir, la siguiente y última visita del día.
En este mausoleo se encuentra enterrado Tamerlán, uno de los hombres más temidos de Asia Central, creador del imperio Timúrida en el siglo XIV.
El precio de entrada es 22.000 soms por persona y fue una de las visitas que más nos sorprendió en Samarcanda, es realmente bonito e impresionante tanto por dentro como por fuera.
En la parte exterior lo que más llama la atención es una enorme cúpula de color azul celeste y dos enormes minaretes a cada lado en forma de columna. Súper, súper bonito!!
El pasillo de entrada también es realmente precioso, de un color azul intenso y un blanco impoluto.
En él, antes de entrar a la sala principal, encontramos paneles informativos acerca de las “hazañas guerreras” del temerario Tamerlán, el cual consiguió conquistar Asia Central casi en su totalidad.
Entramos en la sala principal y lo primero que vemos en el suelo son unas pequeñas tumbas de mármol, donde se encuentra enterrado Tamerlán, junto con otros familiares.
Levantamos la cabeza y nos quedamos boquiabiertos!! Es que no puedo ni describir tanta belleza!! Las paredes de mármol brillante y profusamente decoradas, junto con la inmensa y perfecta cúpula, nos dejan estupefactos.
Estuvimos mucho, mucho, mucho rato allí dentro, en una sala que no tendrá más de 15 metros cuadrados, sentados, sin más, contemplando la belleza que es capaz de crear el ser humano.
Salimos justo a la hora de la puesta de sol, el mejor momento del día para hacer fotos, así que lo aprovechamos al máximo, hasta que la luz ya nos dijo basta!!
En cuanto se va el sol, las temperaturas bajan muchísimo, así que decidimos irnos al hotel.
Como aún es temprano, nos abrigamos un poco y nos vamos a fumar una shisha (taxi ida y vuelta 30.000 soms – té y shisha 60.000 soms)
Después del té ya no tenemos casi hambre, así que pasamos por un supermercado donde compramos unas cocas colas y unas samosas para llevar y cenar en el hotel (20.000 soms).
Cenamos, duchita y a dormir que mañana nos queda mucho más que descubrir de Samarcanda.
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MEZQUITA BIBI-KHANYM
Despertamos más que justos para llegar al desayuno del hotel, menos mal que no son muy estrictos con el horario, porque fuimos los últimos y nos pasamos un buen rato de la hora.
La primera visita del día de hoy es la mezquita Bibi-Khanym y está situada a unos pasos del hotel, así que tan solo tardamos unos minutos en llegar.
El precio de la entrada es de 22.000 soms por persona.
Las dimensiones de esta mezquita son realmente brutales, en el siglo XV fue una de las mezquitas más grandes y majestuosas del mundo islámico, se dice que cabían en ella más de 10.000 peregrinos.
Para que os lleguéis a hacer una idea, la puerta dicen que es la más grande que existe en una mezquita. Realmente descomunal!!
El complejo consta de cuatro edificios; el portal de entrada, la gran mezquita y dos mezquitas más pequeñas.
Como curiosidad decir que justo en el centro del patio, está situado el atril donde se colocaba el Corán más antiguo conservado del mundo, que ya vimos en nuestra visita a Taskenkt.
Esta mezquita guarda una curiosa, pero triste leyenda, que creemos importante conocer para que la visita se viva de una manera más sentimental e intensa.
Según la leyenda, la mezquita fue construida por Bibi-Khanym, la esposa favorita de Tamerlán.
Un arquitecto de la construcción se enamoró de la reina y le pidió un beso para finalizar con las obras de la mezquita. La reina accedió, pero el beso fue tan apasionado, que la reina se hizo una pequeña herida en el labio.
Cuando llegó Tamerlán de la guerra y vio la herida en el labio de su mujer, se percató de lo que había pasado y la invitó a subir a lo alto del campanario para ver las estrellas. Desde allí la arrojó al vacío y la asesinó.
Una triste historia, para un lugar tan bello.
Tenemos que advertir que gran parte de esta mezquita está en ruinas a causa de un terremoto. Fue terminada de reconstruir, una pequeña parte, en el año 2.004, pero aún sigue en obras.
Pero esto quizás le da más autenticidad, no está tan reconstruida como las demás, y la hace mucho más genuina. Esas cúpulas maravillosas no se nos olvidaran nunca!!
SIYOB MARKET SAMARCANDA
Junto a la mezquita Bibikhanum se encuentra el mercado de Siyob, mercado tradicional de venta de todo tipo de productos, el cual no podemos pasar por alto, con lo que nos gustan a nosotros los mercados!!!
Los uzbekos son muy amables, se sorprendían de ver a dos turistas por allí, y al pasar por los puestos nos ofrecían probar todo tipo de productos.
Picamos comprando alguna cosilla… diferentes especias y frutos secos (60.000 soms), una chaqueta (90.000 soms) y 5 brochetas de metal, donde se pinchan los kebabs para poner sobre la parrilla (10.0000 soms).
SHAH-I-ZINDA
Salimos del mercado y anduvimos durante unos 15 minutos hasta llegar al Mausoleo Shah-i-Zinda.
Tranquilos no tiene perdida. En la ladera de la montaña veréis ubicado un gran cementerio, es hacía allí. El mausoleo forma parte del cementerio.
La entrada cuesta 44.000 soms por persona y muy bien pagados, porque lo que hay en el interior es realmente precioso.
El complejo se trata de una hilera compuesta por 11 mausoleos, de vivos colores azules y turquesas, donde se encuentran enterrados personajes reales y nobles de los siglos IX al XV.
También es conocida como la “avenida de los mausoleos” y tanto los interiores, como el exterior son realmente preciosos.
La decoración es espectacular y colorida, con detalles en cada esquina.
A mi si algo me quedó claro después de la visita, es que cuando me muera, quiero que me entierren aquí…
En Shah-i-Zinda fue el lugar donde más fotos nos pidieron. Parecíamos famosos!!
Y nos volvimos a quedar hasta la hora de la puesta de sol, hora mágica donde las cosas se ven más bonitas con esa luz mágica, si cabe…
Cae la noche sobre Samarcanda, y el frío empieza a hacer presencia, así que deshacemos el camino y volvemos al hotel.
Nos abrigamos y decidimos ir a cenar kebab a la cafetería del día anterior, pero cuando llegamos allí, estaban cerrando…
La siguiente idea fue mirar restaurantes en Tipadvisor y nos decantamos por uno que “parecía” que no estaba demasiado lejos, así que decidimos ir andando.
Por el camino paramos en el Monumento Amir Timur, colocado en medio de una rotonda de un montón de carriles en medio del centro de la ciudad.
Después de una buena pateada desde el hotel, calculamos que unos 5 km, llegamos al restaurante Samarkand, y cual fue nuestra sorpresa cuando nos dijeron que estaba lleno porque se estaba celebrando una boda y no podían darnos de cenar… Nuestro gozo en un pozo… y ahora que hacemos?? Pues nada, de vuelta al tripadvisor.
Nos decantamos por otro restaurante y tras andar un buen rato y muertos de hambre y cansancio llegamos al restaurante Platan, donde una chica nos pedía la reserva, que si no estaba completo. No puede ser!!!
Yo creo que la pobre chica vio nuestra cara de desesperación al recibir la noticia y nos dijo que le acompañáramos. Nos llevó hasta un edificio anexo, precioso y súper elegante. Habló con uno de los camareros y tras unos segundos nos dijo que nos sentáramos en una mesa. Gracias maja!! Lo necesitábamos de verdad!!
Fue sin duda la mejor cena de todo el viaje, también es verdad que el restaurante es de mucha mayor categoría.
Pedimos de entrante patatas asadas con champiñones y de segundo arroz con pollo tailandés y chuleta de ternera a la plancha. De bebida dos coca colas por el increíble precio de 15.0000 soms.
Después del homenaje y de la pateada que nos habíamos pegado, no dudamos en coger un taxi hasta el hotel (20.000 soms).
Nos vamos a la cama y aquí acaba nuestra aventura por Uzbekistán. Soñaremos con la puesta de sol que hemos vivido esta tarde sobre el skyline de Samarcanda. Inolvidable!!
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Uzbekistán, ¡¡viaja seguro!!
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